Ocuparse en lugar de Preocuparse ¿Cómo hacerlo?
En lugar de preocuparnos por un hecho o situaciones determinadas, debemos ocuparnos de ellos y tratar de resolverlos.
Este parece un pensamiento simplista, pero en realidad hay mucha lógica detrás del mismo.
- Preocuparse es un sentimiento, es el resultado emocional de una situación determinada.
- Ocuparse, es básicamente hacer algo al respecto, hacer algo en respuesta a una determinada situación.
Como vemos, ocuparse se refiere a solucionar aquello que nos preocupa, es decir que ambos conceptos van de la mano, el problema es cuando nos quedamos en la fase de preocuparnos y no pasamos a la acción.
¿Cómo hacerlo?
Fase de Preocupación:
La fase de preocupación tiene sus propios retos.
Así como no podemos evitar los sentimientos, no podemos evitar preocuparnos, pero esa preocupación, no debe congelarnos. Cuando un hecho, o situación no representa un problema, debemos cuestionarnos qué podemos hacer al respecto.
¿Está a nuestro alcance solucionarlo?
✔ Si la respuesta es positiva, entonces debemos pasar a la fase de acción, es decir ocupamos. No es necesario dejar de preocuparnos por nuestro problema, solo que no dejaremos que esa preocupación nos detenga. Es decir me preocupo pero hago algo al respecto.
✔ Por el contrario, si la respuesta a ¿está en nuestro alcance solucionarlo? es negativa, entonces surge un dilema mayor, ¿Qué hago si no puedo solucionarlo?.
- Aquí se requiere de un cambio interno, debo cambiar mi modo de ver esa situación, para dejar de verlo como un problema y quizás hasta pueda verlo como una oportunidad. Una oportunidad de cambiar, de probar mi fortaleza, etc.
- Si lo anterior no es posible, la otra alternativa es aceptar. Aceptar que no puedo hacer nada para cambiar esa situación o hecho, aceptar que no puedo ocuparme del problema, y que hay cosas que no se pueden cambiar.
Por tanto, si no lo puedo cambiar, no tiene sentido preocuparse. El lugar de ello, podemos enfocar nuestro tiempo y energía en otra cosa.
Fases de ocupación:
Me ocupó del problema e intento resolverlo.
Para ello
- busco una posible solución,
- pienso en una alternativa a esa situación,
- analizo qué es lo que realmente me afecta,
- veo el grado de gravedad del problema.
Luego de analizar el problema, sin dejar que mis sentimientos nublen mi juicio, entonces tomo una decisión y actúo en respuesta a ese problema.
Debemos recordar:
- que la respuesta más simple suele ser la correcta,
- que no todos los problemas tienen solución,
- debemos tener presente que no somos responsables de todo lo que pasa,
- que no debemos cargar con el peso del mundo,
- y que muchas veces no nos corresponde a nosotros, solucionar las cosas.
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