¿Puedo tener ansiedad y no saberlo?

Lamentablemente la respuesta es Sí, es posible tener ansiedad y no saberlo. 

La ansiedad al igual que el estrés, es uno de los enemigos silenciosos que han cobrado fuerza en la actualidad, a raíz de un ritmo de vida muy acelerado. 

En estos tiempos, vivimos en un mundo donde todo avanza demasiado rápido, todo debe ser perfecto y al instante, donde todo queda expuesto y sujeto a opiniones propias y externas. En este contexto, se vuelve difícil seguir el ritmo y mantener a su vez un equilibrio emocional.  



¿Qué es la ansiedad? 

Antes que nada aclaremos que la ansiedad de modo ocasional es algo normal, se trata de un mecanismo de defensa del cuerpo, que se activa cuando nos sentimos amenazados o en peligro.


Pero cuando nos encontramos con ansiedad frecuente, entonces estamos frente a un trastorno de ansiedad. En este caso, podemos definir la ansiedad como un conjunto de preocupaciones y miedos muy intensos, excesivos y persistentes, que se presentan ante situaciones cotidianas.





¿Puedo sufrir de ansiedad y no saberlo? 


Sufrir de ansiedad y no ser conscientes de ello, es más común de lo que creemos 

El ritmo de vida acelerado, junto a nuestras propias exigencias, y sumado a la constante exposición a través de redes sociales, nos llevan a estar bajo una presión constante tratando de cumplir con todos los estándares.  


Al auto imponernos múltiples metas y objetivos, e intentar cumplir a su vez, con todas tareas y actividades de nuestra cotidiana, quedamos atrapados en una carrera infinita, donde comienzan a surgir el desgaste, y el cansancio. 


Este agotamiento tanto físico como mental comienza poco a poco a darnos señales de que algo no está bien, pero la mayoría de las veces, no vemos las señales 

Estas señales de alerta se continúan acumulando hasta el punto en que sufrimos un ataque de ansiedad. 


 

¿Cómo identificar esas señales? 


Piensa en tu día a día, ¿Qué tan seguido te has sentido nervioso o intranquilo?  


Los síntomas más comunes al tener ansiedad son el nerviosismo, la tensión constante y una rara sensación de intranquilidad. Tendemos a molestarnos con facilidad aún por pequeños detalles.  Vivimos a la defensiva, todo lo tomamos como algo personal, o como un ataque hacia nuestra persona. Tenemos reacciones exageradas sobre determinados hechos o situaciones. Nos sentimos cansados y tensionados y muchas veces sin tener una razón aparente. 


En ocasiones no somos conscientes de nuestro comportamiento, muchas veces sobre reaccionamos, respondemos de mal modo o estamos irritables constantemente, pero no nos damos cuenta de eso. A veces es necesario que otra persona nos ayude a ver ese cambio en nuestro comportamiento. 


Cuando tenemos un nivel de ansiedad alto, la tensión se vuelve constante, nos sentimos cansados y molestos, sentimos que la situación que enfrentamos nos supera, que nuestras obligaciones diarias son interminables, sentimos que todo es un problema o que todos los problemas surgen a la vez. 

 Cuando nos encontramos en este estado, surge una sensación de agobio por todo lo que nos pasa y comenzamos a bloquearnos y a no poder ver las soluciones simples que podríamos implementar con lo que nos aqueja. 


Como vemos, los síntomas de la ansiedad son realmente comunes y por separado no representan mayor riego, pero al presentarse todos o una gran parte de ellos, debemos tomar conciencia de que algo está sucediendo, de que nuestro cuerpo intenta comunicarnos que hay un problema.  



¿Qué es un ataque de ansiedad? ¿Cuáles son los síntomas? 


Un ataque de ansiedad es el resultado de la acumulación de los síntomas anteriores. Se trata de la manifestación física de toda la tensión acumulada. 

Los síntomas más comunes son:

  • sudoración,
  • ritmo cardíaco acelerado,
  • sensación de falta de aire,
  • dolor en el pecho,
  • nausea o malestar estomacal,
  • y nerviosismo. 


Pueden presentarse todos o solo algunos de ellos, según cada persona y el grado de ansiedad que tenga. Pero en todos los casos de ataque de ansiedad la persona lo vive como un evento traumático, donde siente un malestar generalizado, pero no puede identificar bien que es lo que le pasa. 


Estos episodios pueden presentarse en cualquier momento y lugar, pueden ser detonados por una situación en particular, pero también pueden surgir sin una causa aparente 


Como podemos ver, en un principio la ansiedad parece algo simple y sin importancia, pero se trata de una enfermedad real, y debemos ser conscientes de su gravedad. 


Identificar estos síntomas nos permitirá ser consientes de lo que nos pasa, y actuar en conciencia de ello.



Hasta el próximo viaje...






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