¿Tienes creencias irracionales? Descúbrelo (tercera parte)

Ya explicamos en los posts anteriores que son las creencias irracionales, pero hagamos un pequeño repaso. 

¿Qué son las creencias irracionales? 

Las creencias irracionales surgen a partir de una distorsión cognitiva de la realidad. Son un conjunto de ideas sin fundamento real, que llevan a la persona a generar pensamientos automáticos y negativos.

¿Qué características tienen? 

• Creencias ilógicas, o carentes de fundamento. 
• Creencias inflexibles, determinadas y absolutistas. 
• Generan reacciones emocionales impulsivas y desproporcionadas. 
• Obstaculizan al sujeto para alcanzar sus objetivos.

Ahora sí, pasemos a analizar el tercer y último grupo de creencias irracionales. 

 

Construcción del valor personal en base a opiniones externas:

Por ejemplo, "no soy tan inteligente como para entrar en la universidad, lo sé porque mi papá me lo dijo"  

Como vemos este tipo de pensamientos son realmente peligrosos. Basar el valor personal en base a la opinión de los demás es un arma de doble filo, ya que, si en nuestro entorno tenemos personas positivas, y amables que presenten sentimientos de preocupación genuinos hacia nosotros, entonces sus opiniones serán positivas, realistas y constructivas. Como resultado el valor personal que construyamos a partir eso, será positivo.  

Por el contrario, si las personas de nuestro entorno son negativas, tendrán opiniones tóxicas, ya que darán opiniones negativas y sin fundamento, producto de ideas, preconceptos y vivencias propias de ese individuo. A raíz de esto nuestra construcción del valor personal será negativo. Por ejemplo “no sirvo para nada” 

Por lo tanto para construir nuestro valor personal, debemos dejar de lado las opiniones ajenas y basarnos en nuestra propia opinión, producto de nuestras capacidades, y de la confianza que tengamos en nosotros mismos. 

Adivinación:

Se trata de pronosticar un resultado negativo, ante una emoción o hecho futuro y considerarlo verdadero. Por ejemplo “seguro que no me dan el empleo” 

Como su nombre lo dice “adivinamos" y por supuesto es imposible saber lo que va a pasar en el futuro, y si bien uno puede aventurarse y adivinar, bajo ninguna circunstancia podemos dar por cierta esa adivinación. 

Estas creencias predisponen al sujeto hacia el resultado negativo que espera, lo que genera una mala predisposición hacia ese hecho futuro. Por ejemplo, en el caso de la búsqueda de empleo, como la persona de antemano no cree que le den el trabajo, ya se presenta a la entrevista con una actitud negativa. 

Leer la mente:

Este punto parece salido de una película, pero en realidad es algo más habitual de lo que imaginamos.  Se trata de creer que otra persona piensa negativamente de uno, sin tener evidencia que sustente esa creencia. Por ejemplo “seguro piensa que estoy loca" “piensa que fue mi culpa” 

Curiosamente nos creemos psíquicos, y constantemente aseguramos saber lo que piensan los demás.  Por ejemplo, aseguramos saber lo que piensa nuestro jefe, nuestra pareja, nuestra madre… “mi jefe piensa que no sirvo para el trabajo” “mi novio piensa que soy controladora”  

Como podemos observar, hacemos suposiciones todo el tiempo y las damos por ciertas, y peor aún luego actuamos en base a esa suposición, cuando en realidad la solución más lógica y simple sería preguntarle a esa persona lo que piensa. 

Minimización:

Es básicamente quitarle importancia a rasgos o sucesos, por ejemplo “solo me obsequia una flor, que poco me quiere”  

Esta tendencia a minimizar lleva al individuo a restarle importancia a las cosas, y con ello a no valorar esos rasgos o sucesos, generando en él una continua inconformidad, y provocando que otras personas resulten ofendidas o emocionalmente heridas.  

Este tipo de pensamientos dejan ver un problema de base en nuestra persona, esa constante inconformidad puede derivar de una inconformidad con uno mismo, que es reflejada en su entorno.

  

Sobre-generalización:

Se refiere a extraer conclusiones basadas en un número reducido de experiencias y/o aplicar esas conclusiones a situaciones no relacionadas. Por ejemplo “se quemó el pastel, no puedo hacer nada bien”  

Esta sobre-generalización lleva al individuo a reducir sus experiencias y con ello su visión de la realidad, ya que se niega a explorar otras posibilidades. En el caso del ejemplo anterior la persona se niega a mejorar sus capacidades e intentar cocinar otra vez, o probar algo relacionado, ya que da por sentado que no lo hará bien. 

Perfeccionismo:

Este caso realizamos un esfuerzo constante, para que una representación de perfección se cumpla, sin ver si es razonable. Por ejemplo “tengo que ser el mejor jugador, como lo era mi papá”. 

Buscar la perfección puede ser algo positivo, pero todo dentro de parámetros posibles.  Cuando los estándares a alcanzar no son razonables provocan en el individuo una sobre exigencia, sumado a sentimientos de fracaso o frustración al no poder cumplir su objetivo.  

Debemos ser conscientes de nuestro potencial y saber colocarnos objetivos razonables, pero también y talvez sea lo más importante, debemos saber apreciar los objetivos que sí hemos alcanzado, y no solo concentrarnos en lo que nos falta por lograr. 

Siguiendo el ejemplo anterior, debemos dar lo mejor de nosotros, para ser los mejores jugadores que podamos ser. Sin compararnos con nadie, solo dando lo mejor de nosotros. 

Hasta aquí el tercer grupo de creencias ¿te identificas con alguna de ellas?

Como ya hemos mencionado antes, las creencias irracionales son múltiples y variadas, y todos podemos caer en ellas en algún momento. Lo importante es saber identificarlas, para poder cambiar nuestra conducta.

Hasta el próximo viaje...

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